El Rock Imperium Fest generó un impacto económico superior a los 4,1 millones de euros en la ciudad de Cartagena durante su primera edición, celebrada en junio de 2022, y obtuvo una estancia media de cerca de 2 días, con un gasto superior a los 340 euros.
Así lo ha anunciado este lunes la alcaldesa, Noelia Arroyo, tras reunirse con el director del festival, Juan Antonio Muñoz, y el autor del estudio, Antonio García.
Las cifras se acercan al millón y medio de euros en alojamientos y un millón en restauración y gastos en comercio, taxis y otros servicios, que suman 3,35 millones de euros, mientras que el impacto publicitario se calcula por encima del millón de euros.
El 76% de los espectadores residían fuera de Cartagena. De ellos, el 20% era de la Región de Murcia, el 54% nacionales y 3,5% extranjeros.
Arroyo ha calificado los datos como "excelentes", si bien ha matizado que las expectativas "son aún mejores", ya que "el 95,5% de los encuestados dicen que repetirán este año y el estudio deja claro que el éxito del festival será mayor con una marca ya conocida y por la mayor distancia de la época de pandemia".
Los datos, según la regidora, confirman esa tendencia. "Ya hemos superado el 60% de la venta de entradas", ha apostillado.
Por su parte, el director del festival ha destacado que el Rock Imperium Fest tiene un impacto económico en valor añadido generado superior a la media de los festivales que se organizan en España.
Ha destacado también que, aunque la creación de empleo no ha sido muy notable, sí lo ha sido la contratación durante un tiempo reducido, acorde al tipo de evento que representa un festival de música, al tiempo que ha puesto de relieve el impacto social favorable del festival para los residentes, "que no percibieron molestias o inconvenientes significativos".
Según el autor del estudio, Cartagena y comarca pueden haber percibido gracias al Rock Imperium una repercusión mediática valorada en casi un millón de euros, si fuera publicidad contratada.
Señala que el hecho de ser la primera edición, de haberse celebrado en la postpandemia y de no disponer de una marca como destino del rock previamente conocida han limitado el impacto económico y, particularmente, el efecto directo y el impacto de los asistentes.
"Ambos impactos son susceptibles de ser mayores en futuras ediciones para las que se prevé un efecto directo y de asistentes en particular, y en general del impacto económico, significativamente más altos que los registrados en esta primera edición", ha añadido García.