El 28 de febrero de 1986, el primer ministro sueco Olof Palme fue asesinado en una calle de Estocolmo. Hoy, 34 años después de su muerte, el fiscal jefe Krister Petersson ha anunciado, a través de una rueda de prensa, que el autor del crimen fue Stig Engström, más conocido como Skandiamanden, 'El hombre de Skandia'. El perfil del asesino se corresponde con el de un lobo solitario que trabajaba en la compañía de seguros Skandia y que odiaba a Palme.
Stig Engström, más conocido como Skandiamanden
De hecho, el primer ministro socialdemócrata fue tiroteado por la espalda cuando regresaba a casa, justo en la calle donde se encontraba la sede de la compañía. Esta es una de las más transitadas de Estocolmo. Palme, que iba sin escolta, murió media hora después de los hechos en el Hospital Sabbatberg.
Cerrada la investigación
Engström, que fue desde el principio uno de los principales sospechosos, se suicidó en el 2000. Así, el fiscal jefe Krister Petersson , al no poder celebrarse un juicio, ha declarado que la investigación se da por cerrada. Asimismo, ha señalado que todos los indicios apuntan a que actuó solo..
La pista de Stig Engström se reactivó hace dos años gracias a un reportaje y un libro, 'El Asesino Improbable', del periodista Thomas Pettersson.
El día del asesinato, 'El hombre de Skandia', dejó su oficina a las 23.19 horas, sólo tres minutos antes del ataque a Palme. Por ello, Engström fue investigado al presentar un comportamiento sospechoso.
Legado de Olof Palme
La muerte del primer ministro sueco tuvo una enorme repercusión por su legado progresista. Durante la Guerra Fría se atrevió a plantar a cara a Estados Unidos y a la Unión Soviética. Asimismo, Palme fue un firme defensor en la lucha contra el racismo y la desigualdad.
Se cierra así una investigación que ha estado rodeada de polémicas e incógnitas desde su inicio. No se acordonó correctamente la zona del crimen, ni se bloquearon calles adyacentes ni se cerraron fronteras, y se tardó horas en decretar el estado de alarma. Hasta el momento, el único condenado por el caso fue el delincuente común Christer Pettersson, condenado a cadena perpetua en 1989 y absuelto meses después por falta de pruebas.