Fatland, moda y activismo murciano para denunciar la 'gordofobia' 

Su creadora, Flor Olivera, pone el cuerpo, la voz y las manos para denunciar la gordofobia y hacer un alegato por la diversidad corporal. Podemos elegir no pasar la vida a dieta

La sociedad es diversa, de hecho, la sociedad es el resultado de la suma de cada uno de nosotres, el conjunto que emerge de la unicidad. Gracias a esta pluralidad nos enriquecemos y retroalimentamos para mejorar y avanzar. Sin embargo, existen múltiples opresiones que, a nivel colectivo, discriminan a determinados individuos que se salen de la norma; una norma limitada y asfixiante.

Poco a poco, los discursos disidentes van saliendo de la sombra y, con ellos, se exponen violencias que, aunque silenciadas, condicionan la vida de muchas personas. ¿Sabes lo que es la gordofobia? ¿Conoces el concepto de “violencia estética” o “aspectismo”?

Las personas gordas, que no “rellenitas” o “gorditas”, sufren una discriminación sistémica por su corporalidad, enfrentando agresiones, a veces, extremadamente normalizadas por su arraigo en el imaginario colectivo y la equívoca asociación entre delgadez y salud. 

Seguramente, ya has visto algún artículo o post en redes anticipando la operación bikini, ofreciendo consejos sobre cómo preparar tu, aparentemente defectuoso, cuerpo para el verano. Según se aproxime el calor, los métodos sugeridos para ganar ese “cuerpo de playa” van proliferando y cada cual escoge una forma, o varias, de modificar su cuerpo para que merezca ser expuesto. Ahora bien, ¿acaso no son todos los cuerpos igualmente válidos? ¿Por qué como sociedad toleramos diferentes colores de pelo o estaturas, pero no aceptamos diferentes pesos? 

Quizás, antes de volcar nuestra energía en reducir nuestro tamaño para conseguir validación, deberíamos reflexionar sobre qué nos lleva a vivir en conflicto constante con nuestra imagen, y quién se beneficia de ello. Categorizar algo tan orgánico e inelegible como la fisionomía de las personas como válido o no, es violencia estética. Presuponer el estado de salud o estilo de vida de alguien solo por su peso, es gordofobia. 

Estas situaciones son fruto de una sociedad obsesionada con el culto al cuerpo, donde encajar dentro de los cánones estéticos supone un privilegio, un activo de capital simbólico. Las personas gordas conviven con continuas exigencias para que modifiquen su peso. En el mundo de la moda, las tiendas de ropa habituales dejan fuera a muchos cuerpos; parecen no considerar que una talla 54 puede vestir con la misma ropa que una 34.

¿Cambiar nuestro cuerpo o cambiar de opinión? 

Flor Olivera estaba cansada de conformarse y no poder tener un estilo propio; por eso, en 2018, decidió abandonar su trabajo de teleoperadora para crear Fatland, el proyecto que, según ella, le salvó la vida.

Fatland es el proyecto que combina moda y activismo donde cabe todo el mundo. Es la aportación de esta diseñadora, empresaria y activista a la lucha por un mundo más inclusivo, un espacio seguro para ser sin prejuicios; desde una tienda de ropa que apuesta por todas las tallas, de la 32 a la 60, hasta una iniciativa de activismo gordo que organiza charlas y divulga en redes sociales. En Murcia Noticias, queríamos conocer Fatland a fondo: su creadora, su lucha y su arte. 

•  Para quienes no estén familiarizados con el término, ¿qué es la gordofobia?

Básicamente, la gordofobia es el sistema de opresión que pone a las personas gordas en situaciones de desventaja e injusticias por el simple hecho de ser gordas, y que se reproduce de manera sistemática y estructural. 

• ¿A qué nos referimos con violencia estética?

Todo el mundo sufre violencia estética, sobre todo, las mujeres. Es importante diferenciar entre violencia estética y gordofobia, ya que no es lo mismo: la violencia estética está basada en la presión para que nuestro cuerpo entre dentro del canon de belleza y, si se salen, no son considerados válidos; la gordofobia es una violencia específica hacia las corporalidades gordas. Aun así, la presión estética y la gordofobia van de la mano porque, en ambos casos, te piden que tu cuerpo sea de una determinada forma.

• Habrá quien lea esto o vea tu activismo y diga: “esta persona promueve el sobrepeso”. ¿Por qué se puede tener salud en cualquier talla?

Porque la delgadez y la gordura son multifactoriales; existen muchos motivos por los que una persona es gorda o delgada, pero nunca tu peso determina tu salud.

Se puede ser una persona gorda y tener hábitos saludables y hacer ejercicio; en cambio, se puede ser delgada pero no llevar una dieta saludable y no moverse. Esto demuestra que tanto la alimentación como la actividad física no determinan que una persona sea gorda o delgada. Yo soy gorda y no tengo ningún problema de salud.

• ¿Qué estructuras sociales perpetúan la discriminación?

Todas, absolutamente todas. La gordofobia está en todos lados: los medios de comunicación, el sistema sanitario, el mercado laboral, la moda, centros deportivos… Somos un colectivo que recibe muchísima violencia. No hay ningún espacio seguro porque va desde el entorno familiar y amistades hasta el espacio público. El único sitio seguro es yo sola en mi casa.

• ¿Qué discriminaciones o violencias ejerce la sociedad contra las personas gordas?

Por ejemplo, me ha pasado, y pasa mucho, de ir por la calle y que la gente te insulte o te tire cosas. Conozco gente gorda que queda para salir junta a caminar para protegerse de agresiones. En los medios, todos vimos las portadas celebrando que Adele, la cantante, reapareció con 70kg menos, cuando el motivo fue una depresión; para conseguir trabajo, lo tienes súper difícil porque se mide tu valía en tu peso, aunque estés perfectamente cualificada, no tienes “buena presencia”; el sistema sanitario siempre nos trata como personas enfermas aunque no lo seamos, o te dicen que adelgaces y tus problemas desaparecerán. Esto hace que mucha gente gorda deje de ir al médico o no recibe un tratamiento adecuado. 

• ¿Cuáles pueden ser las consecuencias mentales y físicas de sufrir este tipo de violencias?

Tiene muchísimas. Además, la gordofobia se sufre en silencio porque causa vergüenza y culpa. Se juntan el castigo físico y mental: privas a tu cuerpo de comida con dieta, a veces, toda la vida y, al mismo tiempo, lo castigas psicológicamente con palabras de odio hacia ti misma. Las consecuencias son ansiedad, depresión, aislamiento social, trastornos de la conducta alimentaria o, incluso, la muerte. La sociedad te dice que representas lo que nadie quiere ser; yo crecí sin una gota de amor propio.

Y en todo esto, ¿qué aporta Fatland a la lucha contra la gordofobia?

Fatland no es solo una tienda, sino que también hago activismo a través de redes sociales y las charlas. Fatland nace de la necesidad que yo notaba en tallas grandes.

• ¿Qué es una talla grande?

Talla grande es una mayor que la 48. Pasa mucho que las personas gordas van a comprar ropa a las tiendas habituales y no encuentran talla. Por no hablar de que cada vez las tallas las hacen más pequeñas. Yo, en Fatland, ofrezco un tallaje real. Es importante entender que utilizar un tallaje cada vez más pequeño es una forma de violencia contra los cuerpos de las mujeres. Si vas más allá de una 46, te tienes que conformar con ropa que no te gusta, que ni tu abuela se pondría, y no es justo, además de frustrante. 

• ¿Cómo se manifiesta la gordofobia interiorizada? 

No hay nadie que no tenga la gordofobia interiorizada. Una persona gorda también es gordófoba, principalmente consigo misma. Por ejemplo, vas por la calle, ves una chica gorda y te comparas con ella, piensas: “no quiero engordar más porque acabaré como ella”; o lo contrario, ver una persona y pensar “qué guapa, ojalá ser así”; o decirte cosas como: “me doy asco”, “estoy muy gorda para gustarle a nadie”.

• Como sociedad, ¿dirías que estamos concienciados?

No, está muy normalizado, sobre todo para las mujeres, el vivir haciendo dieta constantemente; aunque es insostenible y no funciona a largo plazo. Es un círculo vicioso: te cansas de hacer dieta, recuperas el peso, y entonces vuelves a la dieta para bajar lo que has recuperado. Has castigado durante tanto tiempo al cuerpo, que cuando vuelves a comer normal, el cuerpo retiene para defenderse. Las nutricionistas antidieta promueven hábitos saludables.

• Y personalmente, ¿qué te aporta Fatland? ¿En qué te ha beneficiado?

Me ha beneficiado en todos los aspectos de mi vida. Fatland me cambió la vida porque cuando empecé estaba sufriendo una depresión que casi me cuesta la vida, y de ahí surgió hacer algo que me gustara. Llevaba toda la vida queriendo aprender a coser y fue el momento idóneo para empezar, de forma autodidacta.

Empecé haciendo cosas para mí y la gente las veía y me las pedía; así nació Fatland. Fue brutal el cambio de trabajar para otros a crear un proyecto para mí misma desde el que también poder hacer activismo. 

• ¿Qué valores encarna Fatland?

No es solo antigordofobia; Fatland es activismo contra toda opresión, un espacio seguro para toda la gente que me sigue, de inclusión en todos los sentidos. 

• También cuentas con modelos gordas para lucir tus prendas, ¿por qué es clave que existan referentes que se salen de la norma?

Me parece súper importante dar visibilidad a todo tipo de cuerpos para poder acabar con la presión estética y los estereotipos. Aunque no es fácil conseguir modelos gordas que quieran posar, porque se exponen a mucha discriminación y odio, sobre todo en redes sociales; hay miedo. Cuando nos enseñan modelos “curvy”, son gordas hasta cierto punto porque tienen las caderas anchas o las piernas grandes, pero la barriga completamente plana o no tienen celulitis. 

• ¿Qué feedback recibes por parte de tus clientas?

Yo a mis clientas las trato con el amor que merecen, escucho sus necesidades y las aconsejo. Les doy un trato personalizado y cercanía. Además, si tienen dudas, les ayudo a encontrar su talla o hago la prenda a medida, por lo que se llevan unas prendas que saben que va a quedar bien. Algunas me dicen que llevaban mucho sin comprar ropa, y después de comprarme una prenda vuelven a sentirse bien. 

• Al trabajar con mujeres que van a comprarse ropa, ¿crees que las mujeres, en general, estamos conformes con nuestro cuerpo?

No, las delgadas tampoco, prácticamente nadie. Muy pocas veces me he encontrado con alguien que le guste su cuerpo. Además, las mujeres solemos tener una imagen distorsionada de nosotras.

• A nivel personal, ¿qué consejo le darías a alguien que sufre discriminación por no encajar en el canon estético?

Es fácil decirle a alguien: “quierete, ama tu cuerpo”, pero es difícil cuando nadie te ha respetado por tu corporalidad. A mí me ayudó mucho apoyarme en el colectivo gordo, me empoderé, en el sentido de que “gorda” dejó de ser un insulto para ser una característica física, y la terapia nunca está de más. He aprendido mucho. Si hoy estoy aquí haciendo esta entrevista, es porque he aprendido de las activistas gordas, las he escuchado y me he identificado. También, he aprendido a saber qué tipo de persona quiero en mi vida. No pretendo agradar a nadie, solo establecer relaciones sólidas desde el respeto y el amor. 

No es siempre igual: hay días que detesto mi cuerpo, otros lo abrazo y le pido perdón. Puedes reconciliarte con tu cuerpo, aceptarlo, respetarlo y, aun así, no amarlo; es un proceso que empieza por pedirle perdón al cuerpo.

• Y a nivel sociocultural, ¿cuáles son las demandas del activismo gordo para combatir la gordofobia?

Para empezar, no tenemos ningún tipo de representación cultural. Si te das cuenta, en las películas y series, los personajes gordos siempre son secundarios; necesitamos figuras gordas que admirar. Por supuesto, más representación en la moda. Y, sobre todo, que se deje de una vez de agredir a las personas en las consultas médicas. Mientras el sistema sanitario siga apoyándose en el puñetero IMC, un cálculo basado en un hombre de hace doscientos años, no vamos a recibir el tratamiento que necesitamos. A veces, si vas al médico y te trata bien, sales sorprendida. Habría que hacer un cambio social y educar al resto para que no acosen a las personas por su condición física. 

• ¿Qué proyectos futuros tiene Fatland?

Vienen más charlas de activismo y estoy deseando que llegue el verano para sacar la colección “Cuerpas de playa 2.0” con bikinis, bañadores y prendas de verano.