Descubre la historia de la ermita de la Santa Cruz de Churra

En la pedanía murciana de Churra se encuentra esta pequeña ermita, donde se halla una Cruz con gran devoción entre los habitantes de esta localidad

Su mantenimiento y cuidado depende de sus herederos y de los devotos del pueblo quienes llevan velas y flores como ofrendas

Sobre la cimbra de lo que era la acequia de Churra se encuentra la Ermita de la Cruz de Churra, con un trasfondo histórico que muy pocos conocen. Numerosos vecinos de esta pedanía del municipio de Murcia se acercan a decorar esta capilla y han luchado por su permanencia para que no fuera destruida y se mantenga como hoy la podemos ver. Una capilla que es única en el municipio de Murcia, una de las pocas que se conservan de estas características, y que podemos ver en la Avenida Juan de Borbón, pasada la famosa redonda de los Cubos.

"Siempre digo que la Cruz es del pueblo", afirma a este medio Teresa Sabater, mujer jubilada que siente un gran amor por esta ermita. Teresa acude todas las semanas para mantenerla y cuidarla.

Cuando hace unos años se planteó por parte del Ayuntamiento de Murcia una renovación de las carreteras, la intención era tirar esta ermita y poner la Cruz en un nuevo jardín. "Al enterarme me negué y fui a Urbanismo a quejarme", cuenta Teresa. De hecho, recuerda que las de Espinardo y la de Cabezo de Torres ya han desaparecido o las han cambiado de su lugar original.

"Se encontraban en un cruce de camino como protección a viandantes cuando no habían ni semáforos y la gente iba en carros", puntualiza Teresa y añade "mi padre dice que es el ángel de la guarda de los viandantes". La existencia de la capilla se remonta hasta el siglo XIX, ya que cuando nació el padre de Teresa en 1899 ya existía esta ermita.

La devoción a esta cruz, una tradición familiar

"La primera que se encargó fue mi abuela, tras ella fue mi madre y después mi hermana Amalia, que estuvo muchísimos años. Al morir ella, fue cuando su hija y yo nos empezamos a preocupar por la ermita. Ella incluso participaba también en los gastos y mi cuñada también la limpiaba y regaba las macetas. Ahora ellas no pueden y desde hace unos años cogí yo el testigo de hacerlo todo", narra Teresa. De momento, todavía no sabe si algún otro familiar se encargará de cuidarla pero confía en que así sea.

La tradición familiar por el cuidado y devoción de esta cruz y de la ermita es evidente aunque Teresa no sabe contar el motivo exacto por el que lo hacen, simplemente es algo que salió de ella debido a todo lo que le ha transmitido su familia a lo largo de su vida. Cuenta Teresa que "entre amigas del pueblo arreglaban la cruz con flores que se pedían a gente".

No obstante, la cruz que se puede encontrar actualmente en la ermita no es la original. En 1936, durante la guerra, fue asaltada y destruida. De hecho, durante la propia guerra, la estructura de la ermita sirvió de cárcel durante unos días. La actual es copia exacta de la anterior, encargada por el matrimonio Mariano Sabater Alcántara y Teresa Laveda -los padres de Teresa- al carpintero de Churra, Cánovas.

"En ese momento, el altar era de madera, incluso tenía unos reclinatorios para rezar y la puerta siempre estaba cerrada pero el que quería entrar la abría para hacer sus oraciones", explica Teresa. "Cuando yo era joven, mi madre hizo el altar que ahora hay actualmente, de mármol", añade. Respecto a la devoción que existe por esta cruz, son varios los vecinos que dejan las velas en la puerta y que Teresa se encarga de meterlas dentro de la ermita.

Debido a la pandemia del coronavirus, ya eran dos años en los que no se había podido celebrar la Fiesta de los Mayos, momento en el que los vecinos celebraban la festividad de esta cruz. Para el 1 de junio, día en el que se conmemoraba esta fiesta, la cruz se arreglaba y se pone otra en la calle. Por ello, celebraron esta festividad el pasado 14 de septiembre, coincidiendo con la Exaltación de la Santa Cruz. Ese día, la sobrina de Teresa le ayudó a prepararlo todo, "toda la familia queremos mucho a la Cruz y le tenemos mucha devoción", recuerda.

Dos ataques

Además de las flores y velas, que nunca faltan gracias a Teresa, coincidiendo Navidad, por ejemplo, añade algún detalle navideño en la capilla. Todo ello demuestra el amor y cariño que siente por esta cruz junto al resto de vecinos. No obstante, no todos respetan esta ermita ya que ha tenido dos ataques en los últimos años.

En uno de ellos, "lo destrozaron todo" y en otro "intentaron robar la cruz y la rompieron", lamenta Teresa. "No pudieron arrancarla porque estaba sujeta con clavos pero la dañaron con un palo. También tiraron los jarrones al suelo y los destrozaron. Después de hacer un arreglo y decoración nueva, hubo todavía alguien que le tiraba piedras por lo que el alcalde pedáneo decidió poner un cristal", añade.

Esto hizo que la llave para acceder a la ermita la tenga Teresa y otras pocas personas más del pueblo, para proteger a la cruz. Asimismo, cuenta que "un vecino de Churra con problemas que le llevaba velas y le pedía a la cruz, llevó un San José pequeño y ya lo hemos dejado allí. A veces la gente deja también notas pidiéndole cosas y dándole las gracias".

En la propia ermita también podemos encontrar una estampa de Nuestro Padre Jesús Nazareno, al que Teresa le tiene una gran devoción y una bandera de España. Además, agradece la colaboración del alcalde pedáneo de Churra para que esta ermita siga en funcionamiento.

A pesar de su pequeño tamaño, la ermita de la Cruz de Churra cuenta con unos jarrones que ahora Teresa ha puesto nuevos, "que eran de un hermano mío. Las macetas me las traigo yo de mi jardín, siempre tiene flores naturales". En la DANA, le entró bastante agua y barro y le tocó a Teresa limpiarla, antes de la restauración. "Se hace a gusto, no es sacrificio", concluye.