Un efecto secundario nocivo. Ese ha sido el por qué de que la vacuna de Oxford y la famarcéutica AstraZeneca haya interrumpido los ensayos de momento.
La compañía ha afirmado, según la fuente Stat, que su proceso de revisión "estándar provocó una pausa en la vacunación para permitir la revisión de los datos de seguridad".
AstraZeneca espera que el paciente se recupere. Aunque no ha dado ninguna información adicional sobre el efecto secundario, al que se refieren como "una enfermedad potencialmente inexplicable".
Hace un mes que la vacuna de Oxford comenzó a llevarse a cabo en un total de 30.000 personas de diversos países. La misma se encontraba en la última fase del estudio, por lo que faltaba poco para su distribución.
La vacuna de Oxford era la esperanza que la Unión Europea había visto para combatir la COVID-19. Es más, fue con la única con la que se formó un contrato de distribución en caso de que resultara efectiva. España confiaba también en la misma, por lo que el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunciaba hace unos días que habían llegado a un acuerdo para recibir tres millones de dosis en diciembre.
Por otro lado, el secretario de la Agència de Salut Pública de Catalunya, Josep Maria Argimón, avanzó ayer contaban con alrededor de unas 100.000 dosis para finales de año. Las mismas irían destinadas a las personas de riesgo, es decir, a los ancianos que permanecen en residencias.
Según Stat, el portavoz de AstraZeneca informaba que se "está trabajando para acelerar la revisión de este incidente único con el objetivo de minimizar cualquier impacto potencial en las planes de ensayo". Stat informaba de que algunas reacciones pueden variar a graves. Pueden incluir problemas con necesidad de ingreso en hospital, enfermedades con una potencia mortal y, en instancia, la muerte.
En agosto la vacuna de Oxford había iniciado la fase 3 del ensayo en EE.UU. Por otra parte, la vacuna estaba en las fases 2 y 3 en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica.
Esto hacía que AstraZeneca tuviera una previsión optimista de la salida de la vacuna, concretamente, en el primer semestre de 2021. La OMS -Organización Mundial de la Salud- la consideraba como una de las más avanzadas en el mundo.
Es la primera vez desde que se iniciaron los estudios, que los ensayos tiene que interrumpirse por razones de seguridad.
Incluso, a pesar de la urgencia, AstraZeneca fue una de las farmacéuticas que se comprometió en mantener los estándares de seguridad. Afirmaron que "defenderán la integridad del proceso científico mientras trabajan hacia posibles presentaciones y aprobaciones regulatorias globales de las primeras vacunas COVID-19".