Un grupo de investigadores de la Universidad de Alicante (UA) y la Universidad de Murcia han elaborado un estudio, de tres años de duración, en el que han encontrado evidencias de la repercusión de la microbiota intestinal en el autismo.
El estudio analiza la microbiota intestinal de los niños con autismo a nivel mundial. Tras varios años recabando datos de publicaciones, los investigadores participantes han publicado el artículo científico de meta-análisis sobre la repercusión de la gut-microbiota en el autismo, según ha informado la institución académica en un comunicado.
Las conclusiones sugieren que la bacteria Bifidobacterium presenta niveles significativamente bajos en el autismo respecto a los niños sanos. Estos datos tienen implicaciones importantes para el desarrollo de probióticos en el autismo.
El artículo, bajo el nombre 'A Meta-analysis of Gut Microbiota in Children with Autism. Journal of Autism and Developmental Disorders', se ha publicado en la revista 'Journal of Autism and Developmental Disorders'.
El resultado es fruto de la colaboración interdisciplinar entre los científicos de la UA María Rubio-Aparicio, Alejandro Veas y Agustín Ernesto Martínez-González, este último investigador principal del proyecto y director del Grupo de Investigación Integral en el Neurodesarrollo Típico y Atípico (GINTA), del Departamento de Psicología Evolutiva y Didáctica de la UA. También han participado los investigadores de la Universidad de Murcia Pedro Andreo-Martínez y Julio Sánchez-Meca.
El Trastorno del Espectro Autista o TEA es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dos síntomas principales: las deficiencias en la interacción social y los patrones repetitivos de comportamiento.
Estudios recientes han señalado que los síntomas gastro-intestinales están presentes en el autismo. Así, los síntomas gastrointestinales son comórbidos con el TEA. Por lo tanto, la sospecha de que existen alteraciones en la composición microbiana o disbiosis de la microbiota intestinal en el autismo es "cada día más fundada". De hecho, algunos estudios sugieren que dicha alteración podría ser un factor que contribuya a la aparición de síntomas del TEA.
El investigador de la UA Martínez-González ha explicado que en este estudio "se evidencia que hay una bacteria, el Bifidobacterium, que está asociada a la disminución de los niveles de ansiedad (dopamina y adrenalina), siendo una de las primeras bacterias en colonizar el intestino de los recién nacidos".
Igualmente, añade que muchos géneros de Bifidobacterium se han asociado con una variedad de beneficios para la salud. Así, una desorganización en la flora intestinal (disbiosis) de la Bifidobacterium podría influir en el neurodesarrollo infantil".