Hoy quiero hablar de los lugares que hacen que tu vida no parezca tan buena como en verdad es: las redes sociales.
¿Cuál es el problema? Las expectativas que generan. Un ejemplo, ¿nos vamos de viaje con los niños en -navidad?
¡Vaya! Metete en Instagram. Esta Navidad todo el mundo ha ido a Alsacia, un destino turístico increíble, encantador y muy típico navideño, con trineos, nieve… Unas fotos increíbles.
¡Vaya!, que hace un “frío que pela”, que los niños no pueden andar por las calles por la cantidad de nieve que hay y que se ha puesto a unos precios prohibitivos.
Imagínate que haces un gran desembolso y tus hijos son demasiados pequeños como para disfrutar del lugar y finalmente lo recuerdas como una odisea de lloros y lamentaciones, pero vaya tu Instagram te aseguro que mostrará lo fantástico que ha sido.
Volvamos a las expectativas. Cuando no se alcanzan, nos generan malestar y sensación de vacío.
Y se crea en nuestro interior un deseo de “algo nuevo” que elimine ese malestar generado y para rellenar ese hueco lo antes posible.
¿Qué va a ocurrir en generaciones que pasan cada vez más tiempo en redes sociales?
Personalmente como padre me preocupa y es que:
- Pasamos cada vez más tiempo en la vida virtual y aumenta la sensación de que lo que ocurre en ella es una realidad, cuando en realidad solo son “los mejores momentos” (y no hablemos de la necesidad de gustar y generar likes).
- Nos comparamos mucho más que antes. Hay mucha más gente con la que compararse y siempre encuentras a gente con vidas “más idílicas” que la tuya.
- Hay más presión para encajar en una sociedad que no es real y una necesidad de visualizarla delante de todo el mundo.
- Además, hay muchísimo contenido y estímulos. Si un contenido no cumple mis expectativas en un breve espacio de tiempo lo cambio por otro, cada vez el consumo es más inmediato. Este tipo de consumo no nos deja disfrutar y hace que nos aburramos cada vez de todo antes.
Me da miedo pensar que esta forma de consumo, se extrapole a todo… trabajo, pareja, aficiones…
Así que, en una sociedad tan acelerada, mi deseo para este año es:
- que te hagas consciente de tus valores y de lo importante.
- que sepas que muchos de los ejemplos que ves están falseados.
- que te quites la sensación de mediocridad y disfrutes de tu vida.
- que apuestes por lo que merece la pena, ya que nada es perfecto.
Somos los dueños de nuestra propia vida y de aprender a disfrutarla.