La principal diferencia entre ambos productos es que la mascarilla FFP2 está catalogada como un Equipo de Protección Individual (EPI). Por lo tanto, no se trata de un producto sanitario, mientras que la mascarilla quirúrgica sí lo es.
De esta manera, detrás de un fabricante o importador de mascarillas quirúrgicas, tiene que haber una licencia de fabricación o importación extendida por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). Por el contrario, esto no ocurre con las de tipo FFP2 porque no son un producto sanitario.
Safe Iberia también ha explicado que el proceso de elaboración de las mascarillas quirúrgicas debe seguir una serie de protocolos muy estrictos. Estos son auditados por un inspector que envía la propia AEMPS. Es decir, para poder fabricar e importar estas mascarillas, también es necesario tener contratado a un Director Técnico titulado que supervise todas las actividades frente a la AEMPS.
En el caso de las FFP2 no existe ninguna intervención de la Agencia al no tratarse de un producto sanitario.
Safe Iberia especifica que la mascarilla quirúrgica ha sido la utilizada siempre en quirófanos. Esto se debe a que su función es la de proteger al otro puesto que sus filtros están hechos de dentro hacia fuera. Por otro lado, las mascarillas FFP2 protegen de las partículas externas ya que su filtración se realiza de fuera hacia dentro.
De esta manera, “si todos los ciudadanos hicieran uso de la mascarilla quirúrgica se extremaría la seguridad y, junto con las demás medidas de prevención, se garantizaría la disminución de los contagios por el virus”.
Por último, otra de las diferencias se encuentra en el precio. Mientras que las quirúrgicas valen 0,62€ la unidad, las FFP2 pueden valer lo que el fabricante o distribuidor considere oportuno.