Bajo este nombre tan singular se nos presenta un documental realizado por gente sin experiencia previa delante o tras las cámaras, aunque con un resultado profesional. Este es uno de esos documentales que te hacen pensar largo y tendido durante meses o años, especialmente la entrevista a Robert Thurman, padre de una de las mejores actrices de nuestra época.
El documental se basa en entrevistas a gente de diferentes grupos sociales, credos y religiones, en las que se plantean las mismas preguntas. A lo largo de los 80 minutos de metraje iremos descubriendo que las diferencias que aparentemente hay entre católicos, hindúes, ateos y el resto de grupos representados, no existen en realidad.
Y es necesario que nos recuerden en estos días en los que el hombre se odia a si mismo, o al menos hace como que se odia, que no hay nada que justifique una guerra, que es el miedo el causante de las mismas, que no hay una razón válida para la violencia ni para el desprecio, que el daño que le hacemos a los demás nos lo hacemos a nosotros mismos, que no somos un sinfín de organismos separados, que al fin y al cabo, todos somos uno.
Es por eso por lo que traigo este documental a mi blog, porque me parece de vital importancia para el mundo que nos demos cuenta, de una vez por todas, que no vivimos ajenos a las desgracias del resto, que el fanatismo solo provoca violencia, y que la violencia solo genera más violencia. Y con que una sola persona que vea este documental cambie su actitud respecto al resto de la gente por una de paz y pensamiento positivo, el mundo será un lugar más feliz, más unido y no por ello menos diverso, si no todo lo contrario, porque no es lo mismo unidad que uniformidad.