El último censo en China, el cual se realiza cada 10 años, tuvo lugar el pasado día 11 de mayo y ha reflejado un importante descenso de los nacimientos. El envejecimiento poblacional y la baja natalidad han hecho saltar las alarmas aunque en 2020 la población china superase los 1.411 millones de habitantes. De hecho, el ritmo de crecimiento se ha ralentizado y es el más lento desde los años 50 del siglo pasado.
La actual tasa de fertilidad (número de niños por mujer) es de 1,3, similar a países envejecidos como Japón o Italia.
Las autoridades chinas, que imponen sanciones y multas a quienes superan el máximo de hijos permitidos, fijaron en el 2016 que el máximo era dos hijos. Una decisión tomada después de que se derogase la política del hijo único, obligatoria desde 1979.
Ampliar a tres el límite de hijos y otras medidas
Además de ampliar a tres el número de hijos permitidos, la nueva política china también incluye otras medidas para fomentar la natalidad. Una de ellas, por ejemplo, es que el Gobierno se compromete a "reducir el gasto de las familias en educación". Además, también promete "mejorar las bajas por maternidad" para reducir el coste de tener hijos.
Las autoridades consideran además como "malos hábitos sociales" la "visión de la familia por parte de los jóvenes" o los gastos desmedidos en celebraciones, dotes y regalos de boda.
Por otro lado, se propone retrasar la edad de jubilación y poner en marcha una serie de garantías para los jubilados.