¡Hola!
Como recibí comentarios muy positivos de la primera parte de “Grandes coincidencias” hoy te traigo el capítulo 2. Sí aún no has leído el uno, haz clic aquí: https://murcianoticias.es/opinion/grandes-coincidencias/
Grandes coincidencias- Capítulo 2
Marta y Mario han quedado a las 21:30 en el restaurante de moda japonés de la ciudad, (tranquilos no os habéis perdido nada, es su primera cita tras su encuentro en la tienda friki de la semana pasada).
Son las 19:00 y Marta ya se ha probado medio armario, no sabe qué coño ponerse, a todo le saca pegas, por lo que finalmente va a dejar que decida la suerte, tirando una moneda. Puede suceder cualquier cosa e ir desde monja de clausura hasta putón verbenero. Que Dios nos asista.
Ya son las 21:00 y Marta sale de casa, es temprano y va a llegar antes, pero lleva una hora arreglada y está como un flan. Se fuma un cigarro de camino pensando en que calmará sus nervios. Cuando llega al restaurante se queda en la puerta, pasa de entrar para que se sepa que ha llegado mucho antes. Pasa media hora, son las 21:40 y no hay señales de Mario. Marta tiene dos opciones, esperar o irse.
Decide la primera y también entrar que es primavera y aún refresca de noche para ir minifaldera.
Marta está embobada mirando el líquido casi amarillo de su copa de vino y no se percata de que Mario está enfrente suya, como si nada, sin que se le vea agitado o con prisa. Marta iba a echarle el puro por llegar tarde, pero el galán de telenovela turca la deja K.O plantándole un beso en la mejilla y diciendo "Hola preciosa, perdón, mi fuerte no es la puntualidad, debí avisarte ", quedándose tan pancho. Marta no sabe si le quiere meter una hostia o plantarle un morreo, en esa delgada línea se mueve.
Mario es el típico guapo que sabe que lo es pero no se lo cree o se lo hace, vamos un galán moderno, el puto Brad Pitt en sueños.
La cena transcurre mejor de lo que Marta había pensado, se chispan con el vino blanco y coquetean todo el rato. Está yendo tan bien que Marta está pensando en saltarse su regla de no follar en la primera cita, se siente muy a gusto, demasiado. Y del dicho al hecho, se comieron el trecho, la boca y hasta el alma, acabando enredados en el sofá de Marta, ni tiempo de llegar a la cama hubo, cuales perros en celo.
Después del sexo, abrazos, besos tabaco y vino. Parecía que se conocían desde siempre, como si les hubieran borrado la memoria y no existiera un antes de ellos.
Mario se queda a dormir y duermen entrelazados, como si no pudieran soportar la idea de verse separados.
Desayuno en la cama, ducha y despedida con la promesa de "te llamaré" del buenorro de la camisa.
Marta está tan feliz que le manda un WhatsApp inmediatamente, "gracias por una gran noche, nos vemos pronto"
Pasa el domingo y Marta no sabe nada de Mario, su WhatsApp de esta mañana se quedó en visto, por lo que le manda otro a eso de las 11 de la noche, "Hola guapo, ¿cómo va la resaca?, la mía peor sin ti"
Ya es lunes y Marta comienza su jornada con un sabor agridulce, ya que el sábado fue la mejor noche de su vida, pero no ha vuelto a saber nada de Mario y está pensando en que se la ha fornicado y si te visto no me acuerdo.
Si quieres saber cómo continúa la historia házmelo saber a través de mi instagram: https://www.instagram.com/marialosadag_/